
Todos aquellos que tienen piscinas saben de lo importante de mantenerlas bien cuidadas tanto en verano, época en la que están a pleno rendimiento, como en verano, cuando no se usan. Lo más habitual en la época más fría del año es cubrir las piscinas con una lona para conservar el agua y no tener que llenar la piscina cada temporada.
El material con el que esté hecho la lona que tapará la piscina es muy importante, ya que de él dependerá que el agua se conserve en óptimas condiciones. Además, si se elige el material adecuado se conseguirá ahorrar mucho dinero, puesto que no se degradará pronto y se podrá utilizar durante muchas temporadas.
Calidad ante todo
Adquirir una lona de calidad es tan sencillo como acudir al sitio correcto. Es fácil encontrar este tipo de elementos en lugares de segunda mano o en comercios de diversos tipos. Sin embargo, esta forma de hacerse con la lona de la piscina no suele ser la mejor elección.
Y es que es importante optar por un modelo adecuado para que dure y proteja el agua y la piscina durante el tiempo que se decida tener cerrada.
Es además muy necesario llevar a cabo una serie de cuidados como, por ejemplo, no guardarla húmeda tras quitarla, pues puede criar moho y pudrirse de un modo inevitable. Sin embargo, esto es mucho más complicado que ocurra cuando se adquiere una lona de material de calidad, certificado y que cumpla con todos los criterios de producción que exige la Comunidad Europea.
Con estos pequeños consejos se logrará tener la piscina disponible 365 días al año y ahorrar agua de manera importante, lo que repercute sin duda alguna en el bolsillo y ayudas al planeta. Adquirir una lona con los mejores materiales es una apuesta de futuro.